jueves, 25 de octubre de 2012

He escrito tu nombre y lo he rodeado con un corazón. He memorizado el mapa de lunares que  constituye tu piel. Me he aprendido también el número de pasos que hay desde mi puerta hasta la tuya. Me he aprendido tu horario y las fechas de tus exámenes. He grabado en mi memoria todos y cada uno de tus gestos, tus muecas... He dejado en el fondo de mi memoria el sonido de tu risa, a la par que el brillo de tus ojos. He desterrado todos los pensamientos y actos que te hacían pasarlo mal, y he deshecho el sabor salado y amargo de tus lágrimas en la más dulce de las sensaciones. He pintado tu inicial en todos y cada uno de los márgenes de mis libros, he pintado tu nombre en mi muñeca junto a un infinito, he llevado aquel colgante desde el minuto uno, pero, sobre todo, te he querido como nadie más lo hará.


jueves, 4 de octubre de 2012

La decepción va ligada al grado de ilusión. Mi ilusión por ti era enorme.

Guardo fragmentos de cada carta que he recibido. Guardo cada cosa, cada momento que me ha hecho feliz. Recuerdo todas y cada una de las cosas que por H o por B, significan algo para mí. Recuerdo cada tarde tirados en el sofá hablando de nada y a la vez de todo y recuerdo el sabor del primer beso que me diste. Recuerdo exactamente todos y cada uno de los lugares donde reímos al unísono, donde hice tu risa estallar. Guardo aquel colgante que encerraba miles de sentimientos en un fragmento de metal en forma de corazón. Guardo cada carta y cada emoción. Guardo cada cosa que he aprendido. He aprendido que no tengo que perder el tiempo tumbando ochos que al final se levantan.