jueves, 29 de marzo de 2012

A ella en su tiempo libre le gustaba ser arquitecta de sonrisas. Le gustaba hablar de sonrisas y con sonrisas. 
También ella sabía ver más allá de una sonrisa, sabía ver la desesperación de aquellos que se las pintaban y no les nacían. Ella sabía estar en el lugar indicado en el momento indicado, sabía valorar el brillo de una mirada y el silencio de un beso.
¿Pero sabes que era lo mejor de aquella chica? Que no tuvo que perder a quien amaba para darse cuenta de que lo había encontrado.


1 comentario:

  1. Uff!! Una verdad demasiado común. Somos tan parcos y patosos que necesitamos, de vez en cuando, perder para saber lo que teniamos.

    un abrazo sentido

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